En una colaboración pionera, Toyota y Mazda han iniciado pruebas en Hiroshima para crear un sistema de almacenamiento de energía que utiliza baterías de vehículos eléctricos (VE). Este proyecto, llamado "Sweep Energy Storage System", busca conectar las baterías de VE con la red eléctrica local para estabilizar el suministro de energía renovable, reutilizar baterías usadas y fortalecer una cadena de suministro sostenible.
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Mazda y Toyota |
El objetivo es validar la eficiencia y la durabilidad de este sistema, con la intención de que las baterías, incluso después de su vida útil en un vehículo, puedan ser utilizadas para mitigar las fluctuaciones energéticas causadas por factores como el clima. Este enfoque no solo promueve la reutilización sostenible, sino que también busca la independencia energética de Japón en un mercado global con escasez de minerales críticos.
China: La carrera por la velocidad y la innovación
En contraste, China está liderando la carga con avances tecnológicos impresionantes. BYD ha lanzado su "Super e-Platform", una plataforma de carga ultrarrápida que permite una autonomía de 400 km con solo cinco minutos de carga. Estas estaciones de 1 MW, que superan a los supercargadores más avanzados de Tesla, ya están en funcionamiento en el país. BYD planea expandir esta red a más de 4,000 estaciones en toda China, demostrando su apuesta por una infraestructura de carga robusta y de alta velocidad.
A su vez, CATL, otro gigante chino, ha presentado la segunda generación de sus baterías de ion-sodio, denominadas Naxtra. Estas baterías destacan por su alta densidad energética (175 Wh/kg), una capacidad de carga rápida y una durabilidad superior a los 10,000 ciclos. Además, su resistencia a temperaturas extremas (de −40 °C a +70 °C) y sus estrictas pruebas de seguridad las posicionan como una alternativa prometedora, con un bajo riesgo de incendio o explosión.
Un futuro impulsado por baterías
El panorama global de las baterías está en constante evolución, con Japón y China adoptando estrategias divergentes pero igualmente significativas. Mientras Toyota y Mazda se centran en la circularidad y la sostenibilidad, creando un sistema resiliente para el uso de baterías usadas, China, a través de BYD y CATL, acelera el ritmo con tecnologías de carga y químicas de baterías revolucionarias. Ambas aproximaciones son cruciales para el futuro de la movilidad eléctrica y la gestión energética.
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