La reciente aparición de plataformas como Amazon Autos en Estados Unidos ha encendido la esperanza de muchos consumidores a nivel global. La promesa de comprar un auto nuevo o usado, de forma transparente y sin intermediarios, ha sido vista por gigantes como Kia, Chevrolet o Nissan como la estrategia perfecta para competir con la agresiva oferta de marcas chinas. Sin embargo, en Ecuador, esta visión de un mercado libre y competitivo parece ser solo un sueño lejano. La realidad es que la importación de autos, tanto nuevos como usados, está controlada por un sistema de distribución que muchos describen como una “mafia”, resultando en precios que duplican los de países vecinos.
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Ford Explorer 2025 |
La Importación en Ecuador: Un laberinto burocrático
Mientras que en países como Colombia y México la importación de autos usados es una práctica común para los ciudadanos (aunque con regulaciones), en Ecuador es prácticamente imposible. La ley actual de 2025 establece barreras tan altas que, para el consumidor promedio, la única forma de adquirir un vehículo es a través de los concesionarios y distribuidores oficiales.
Requisitos para importar un auto a Ecuador en 2025:
Prohibición de autos usados: La importación de vehículos usados por parte de individuos está casi totalmente restringida. Solo se permite en casos muy específicos, como para migrantes retornados que cumplen con una serie de requisitos complejos y para personas con discapacidad, bajo estrictas condiciones.
Permiso de importación: Para un auto nuevo, la importación solo puede ser realizada por un distribuidor autorizado por el fabricante. Estos distribuidores controlan el mercado, las marcas que entran al país y, lo más importante, los precios.
Aranceles y tasas: Incluso si se pudiera, los aranceles de importación y las altas tasas de impuestos hacen que el costo final sea prohibitivo, a menos que el auto esté exento por ser eléctrico, aunque incluso estos modelos llegan con precios inflados.
La situación es tan cerrada que marcas con un modelo de negocio de venta directa, como Tesla, se ven obligadas a operar a través de intermediarios locales, limitando su capacidad para ofrecer precios competitivos.
El ‘Oligopolio’ de los dealers y la guerra contra el consumidor
En países de la región, la libre competencia ha obligado a los distribuidores a ajustar sus márgenes de ganancia. Sin embargo, en Ecuador, el control del mercado por parte de unos pocos grupos empresariales ha creado un oligopolio que infla los precios sin justificación. El resultado es que los ecuatorianos pagan el doble por los mismos autos que se venden a precios mucho más razonables en otros países.
Esta falta de competencia no solo afecta el precio, sino también la variedad y la velocidad con la que llegan los nuevos modelos. Mientras que en Chile o Perú los consumidores ya disfrutan de las últimas novedades, en Ecuador deben esperar y pagar un sobreprecio considerable.
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Amazon Autos Ecuador |
Comparativa de precios: La dura realidad
Para entender la magnitud del problema, una simple comparación de precios revela la enorme disparidad. Los costos mostrados son aproximados y pueden variar, pero reflejan el precio base del modelo en cada mercado.
Este es el Top 5 de los autos más vendidos del Ecuador en 2025 (Comparativa de precios)
5.- Kia Sportage
4.- Kia Sonet
3.- Suzuki Swift
2.- Chevrolet Groove
Como se puede observar, el mismo vehículo que se vende en Chile o México a precios mucho más bajos, llega al mercado ecuatoriano con un sobrecosto de entre el 50% y el 90%. Esta diferencia se explica por el control de la cadena de valor y la falta de transparencia en los costos de importación.
¿Hay un futuro para la importación directa?
Plataformas como Amazon Autos demuestran que el futuro de la venta de vehículos se dirige hacia la eliminación de intermediarios. Las marcas japonesas, coreanas y americanas han visto en este modelo una vía para competir de igual a igual con las marcas chinas, que ya utilizan estrategias de venta directa y precios agresivos.
Sin embargo, para que esta revolución llegue a Ecuador, se necesitarían cambios profundos en la legislación y la voluntad política para desmantelar un sistema que ha beneficiado a unos pocos durante décadas a costa de los consumidores. Hasta que eso ocurra, el sueño de comprar un Kia o un Chevrolet a un precio justo, como en el resto de la región, seguirá siendo una ilusión.
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