Manejamos esta nueva versión, comprobando su buen desempeño y consumo por encima de los 50 km/g.
A diferencia de la versiĂłn hĂbrida ligera, que se seguirĂĄ comercializando con su motor turbo de seis cilindros en lĂnea, 3,3 litros y 280 caballos de potencia, la nueva CX-60 PHEV se vale del conocido motor aspirado de cuatro cilindros y 2,5 litros, aquĂ emparejado a uno elĂ©ctrico alimentado por una baterĂa de iones de litio de 355 V.
En cuanto al sistema de tracciĂłn, en ambas versiones es integral a las cuatro ruedas, asĂ que por supuesto la otra gran diferencia tiene que ver con la hibridaciĂłn que en el caso de esta enchufable sĂ permite impulsarla Ășnicamente con el motor elĂ©ctrico. La autonomĂa mĂĄxima homologada en este modo es de unos 76 km.
Con una potencia mĂĄxima combinada de 323 caballos y hasta 500 Nm de torque cuando se tiene la baterĂa con la carga completa, la Mazda CX-60 PHEV promete en el papel un desempeño superior al de su hermana ‘ligera’ pues la diferencia en el peso en vacĂo de ambas es de apenas 183 kg (con 1.942 kg para la hĂbrida ligera y 2.125 kg para la enchufable, segĂșn ficha tĂ©cnica).

El puesto del pasajero, en una silla con ajustes elĂ©ctricos y la gran consola central al lado izquierdo donde se puede tener tambiĂ©n un control sobre la gran perilla que controla el sistema de infoentretenimiento. Esta soluciĂłn, en contravĂa de las enormes pantallas tĂĄctiles que ya dominan la gran mayorĂa de carros del mercado (y mĂĄs en esta gama y segmento), serĂĄ un pro o un contra segĂșn cada quien pero en cualquier caso no hay quejas en cuanto a la facilidad de uso.

Tal como sucede en todos sus modelos actuales, la Mazda CX-60 PHEV tampoco puede criticarse por una cabina austera: la combinaciĂłn de materiales, texturas, acabados y hasta la sensaciĂłn de los controles fĂsicos siguen dando la impresiĂłn de un vehĂculo de mayor categorĂa. Tampoco es que pueda esperarse menos de un carro de 265,3 millones de pesos…
Hablando del sistema de infoentretenimiento, esta versiĂłn incluye menĂșs y funciones especĂficas para conocer en tiempo real cĂłmo se estĂĄ impulsando el carro, si con uno de los dos motores o ambos, al tiempo que muestra indicadores como la carga que se ha recuperado gracias al sistema de regeneraciĂłn, y la distancia recorrida en modo elĂ©ctrico.

Un mando en la consola central tambiĂ©n permite navegar entre los modos de manejo, por ejemplo para escoger manualmente si se quiere conducir Ășnicamente con el motor elĂ©ctrico, o aprovechar todo el empuje al seleccionar Sport.
Recta en su mayor parte y con varias subidas y bajadas a medida que cruza el paisaje, la carretera no es particularmente exigente en términos dinåmicos y mås bien pone a prueba la comodidad a medida que pasan los kilómetros.
Incluso desde que estaba en el puesto del acompañante, dos puntos que castigan a la Mazda CX-60 PHEV salieron a reducir. El primero es la insonorización, que en todo momento parece batallar por dejar fuera de la cabina el ruido del viento, del motor y de las llantas sobre el asfalto. Sin llegar a ser algo que comprometa la marcha (unos puntos mås de volumen en el sistema de sonido Bose pueden ayudar).
Y lo otro, si bien es algo que hasta cierto punto puede ser subjetivo, también se debe considerar: la suspensión. Una de las premisas de Mazda a lo largo de todo su portafolio es ofrecer carros que sean entretenidos de manejar, que les hagan sentir a sus conductores una conexión real con una måquina que los recompensa de una u otra forma, y para eso se necesita una suspensión que hasta cierto punto debe sacrificar algo de confort de marcha.

Otra carretera mĂĄs exigente en sus curvas serĂa la que aclare si esas concesiones en cuanto a la suspensiĂłn valieron la pena, asĂ que por ahora solo dirĂ© que en cualquier caso los 323 caballos de potencia y hasta 500 Nm de torque de la Mazda CX-60 PHEV la convierten sin problema en una viajera por excelencia.
De buena pinta, espaciosa, bien equipada y con una transmisiĂłn de ocho marchas que le permite aprovechar todas las capacidades de su motorizaciĂłn, a lo largo de la ruta la Mazda CX-60 PHEV nunca nos dejĂł a los tres ocupantes queriendo mĂĄs potencia o preocupados por una falta de empuje para hacer sobrepasos o simplemente querer andar a mejor ritmo.

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